El 25 de diciembre 2010 hicimos uno de nuestros primeros viajes largos por tierra, arriba de un Volswagen Gol 2005. El plan era llegar en auto hasta a Buenos Aires para pasar año nuevo, y aprovechar estas mini vacaciones para explorar el centro de Argentina.
Comenzamos nuestro viaje por el lado argentino desde Mendoza. Ambos habíamos visitado anteriormente a esta importante ciudad trasandina, uno de los principales centros comerciales y turísticos de ese país. Esta vez nos tocó todo cerrado, ya que era precisamente un 25 de diciembre, feriado irrenunciable. A cambio de eso sin embargo, pudimos ver el gran parque San Martín repleto de familias tomando mate y celebrando el día después de Navidad. Aquí nos quedamos una noche para descansar y seguir nuestra travesía (Hotel Petit).

A la mañana siguiente, paramos en la ciudad de San Luis, distante a unos 150 kms, aproximadamente. Al entrar a la nueva provincia, es posible notar un cambio inmediato tanto en la infraestructura de la carretera como en los paisajes y los servicios que se ofrecen. Llama la atención que en la ruta a los costados de la carretera hay una especie de “mini quinchos” para hacer asados y zonas de picnics, para los viajeros que necesiten hacer una pausa en el camino. También hay baños públicos y estaciones de wifi gratis.

Después de almorzar en San Luis, nos dirigimos al norte hacia la provincia de Córdoba. Este camino comienza a volverse cada vez más sinuoso, rodeado de sierras, por lo que hay mantener mucha precaución. Nuestro destino es Villa Carlos Paz, una de las ciudades más importante de la provincia y un destino turístico muy visitado en la época de verano. Allí nos quedamos por cinco días (Hotel Ideal) para descansar y recorrer los principales atractivos, como la costanera que bordea el río San Antonio y el famoso Dique San Roque, que consiste en un represa de agua que forma un lago artificial, el Lago San Roque.


En el centro de Carlos Paz, también hay una gran oferta gastronómica, además de centros comerciales y shoppings. Un ícono turístico imperdible, que está en la plazoleta central es el famoso reloj Cucú, fundado por colones alemanes en 1958 y uno de los relojes más grandes del mundo de su estilo, con un enorme pájaro de madera que se asoma de su casita cada media hora.
Un lindo paseo para hacer por el día, son los alrededores de la localidad de Tanti, un balneario muy conocido por sus lindas cascadas, arroyos de piedras y balnearios con hermosos paisajes.
Luego de esta conexión con la naturaleza, decidimos recorrer el centro de la ciudad de Córdoba, distante a unos 36 kilómetros de Carlos Paz. Córdoba es la segunda provincia más poblada de Argentina después de Buenos Aires y la más extensa del país. A diferencia de la capital bonaerense, en Córdoba resulta muy seguro recorrer las calles, ya que existen policías turísticos en todos los rincones y casetas de información, para guiar a los extranjeros.


En Córdoba se pueden observar una enorme cantidad de iglesias y catedrales, de hecho es apodada «la ciudad de las campanas». También destaca la variedad de edificios cívicos y museos, que denotan la gran riqueza arquitectónica y cultural de la ciudad. Uno de los lugares interesantes para mirar es el Palacio Ferreyra, edificio que contiene el Museo Superior de Bellas Artes Evita, que fue inaugurado en 1919.
En nuestro penúltimo día en Carlos Paz, hacemos una caminata en el al Parque Nacional Quebrada del Condorito. Debido a su gran altura y geografía, este parque constituye un importante sitio de avistajes de cóndores, en su entorno natural. Sin embargo, una intensa lluvia nos impide quedarnos mucho tiempo en ese lugar, por lo que debemos volver a la ciudad, donde reponemos nuestras energías con unos ricos ravioles en el restaurante Federico.
Nuestro último día en Carlos Paz lo aprovechamos para descansar, hacer compras y preparar nuestro viaje hacia Buenos Aires, distante 600 kilómetros, lo cual nos toma aproximadamente unas 5 o 6 horas por la ruta 9, con dirección a Rosario. En el camino, pasamos por numerosos pueblos que van bordeando el Rio Tercero.
Nos detenemos en Bell Ville, una ciudad cuyos orígenes datan del 1630 y que fue escenario de diversas batallas coloniales. Esta localidad se encuentra justo en el medio exacto entre Córdoba y Rosario, a 208 km de distancia hacia ambos lados. En este punto podemos comprobar lo amable de los habitantes y su buena voluntad para guiarnos todo el tiempo. Finalmente bordeamos la provincia de Santa Fé, por Rosario, sin entrar a la ciudad, debido a que debemos llegar a Buenos Aires para pasar año nuevo con la familia.
El fin de nuestra travesía es la ciudad de Buenos Aires en donde pasaremos unos días con nuestras familias, recuperando energías para emprender el retorno a Santiago de Chile a 1.500 kilómetros de distancia y dos días de viaje. Esta vez realizamos una parada de emergencia en la ciudad de San Luis (hotel Dos Venados), debido a una tormenta de arena que nos demoró en la ruta 8. Allí recuperamos energía para el trecho final a través de la Cordillera de Los Andes.